martes, 2 de octubre de 2012

¿Un paso adelante?




Y lo que nos cuesta muchas veces ese pasito...
Es curioso la de veces que se repite una misma circunstancia, clientes que vienen con ganas de probar el coaching, con necesidad de salir de situaciones difíciles en las que están metidos, con voluntad de cambiar lo que ya no les vale... pero de repente, en el momento de dar el paso definitivo, ALGO les para y deciden postergar el proceso.

Yo siempre les dejo claro que el gran protagonista de cualquier proceso de coaching son ellos, que tienen la decisión final siempre en sus manos, que son los directores de su película y pueden dar la voz de CORTEN o la de ACCIÓN en el momento en que lo decidan.

Soy consciente de que cambiar siempre cuesta. En general a los seres humanos nos gusta tener una cierta rutina, esa sensación de tenerlo todo “controlado”, de saber lo que va a pasar al minuto siguiente... pero me temo que desde el mismo momento en que llegamos a esta vida TODO ES CAMBIO. Os imaginais si cuando éramos bebés nos hubiéramos negado a cambiar el gatear por el andar, por ejemplo?... impensable, verdad?.

Perdamos el miedo al cambio, porque verdaderamente, lo que nos debería asustar sería NO CAMBIAR.

En ese trayecto, el coach te ayuda no solo a empezar a hacer cosas diferentes si no incluso a hacer las mismas cosas pero con diferente actitud, ahí está la clave. Personalmente me encanta “prestarte” unas gafas, no son unas gafas normales sino unas muy especiales, las cuales te dan la oportunidad de ver las cosas con otra visión, desde otras perspectivas, amplían tu panorámica y te ayudan a mirar en lugares donde hasta ahora ni siquiera te habías planteado que podría haber luz.

En definitiva, un proceso de coaching implica una toma de contacto contigo mismo, un “sacarte el mejor partido posible”, una apertura de conciencia, descubrir como puedes empezar a controlar tus emociones y no que éstas sean quien manejen los hilos de tu vida, ganar en inteligencia emocional... en definitiva, una experiencia que no suele dejar indiferente.
Si tu quieres, yo quiero... te acompaño en lo que puede ser una nueva etapa en tu vida.