En uno de los libros de Joseph O’Connor, en concreto el de “Coaching con PNL”, leí un chiste sobre dos ranas que me pareció curioso y quería compartir con vosotros.
Una rana recorre saltando un profundo surco dejado por un tractor. La otra la ve allá abajo y le grita:
- - ¡Eh! ¿qué estás haciendo ahí abajo?. Aquí arriba se está mucho mejor, hay más comida.
- - No puedo subir –le responde la otra.
- - Déjame ayudarte –le ofrece la de arriba
- - No. Déjame en paz. Aquí estoy bien y también hay comida.
- - De acuerdo –dice la otra rana-, pero aquí arriba hay mucho más espacio para explorar y para moverse.
- - Aquí abajo tengo todo el espacio que necesito –mantiene la de abajo.
- - ¿Y qué me dices de relacionarte con las demás ranas? –argumenta la de arriba.
- - De vez en cuando baja alguna hasta aquí, y si no, puedo gritarles a mis amigas de ahí arriba.
Finalmente la rana de arriba abandona su empeño y se va, dando brincos. Al dia siguiente, ante su sorpresa, se encuentra con la rana de abajo saltando a su lado.
- - Oye –le grita-, creí que ibas a quedarte en ese surco. ¿Qué ha pasado?
- - ¡¡Que venía un camión!!
Algunas personas necesitan el equivalente de un camión para moverse. Otras, en cambio, pueden sintirse razonablemente satisfechas y exitosas, pero creen al mismo tiempo que “para mejorar no hace falta estar enfermo”. Estas personas contratarán a un coach para explorar con él el modo de ser más felices y más eficaces. Quieren ser lo MEJOR QUE PUEDEN SER Y QUIEREN LO MEJOR PARA SER CADA VEZ MEJORES.
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